EL CUENTO DE LA CIGARRA Y LA HORMIGA. Versión siglo XXI
Octubre 2024
Había una vez un ciudadano llamado Juan, que hablando con otro llamado Lluis vieron que el
sueldo de Juan era más elevado que el de Lluis, ya que éste era menor de edad y
tenía trabajos muy precarios e incluso algunos sin nómina.
Lluis tenía aún pendiente de acabar sus estudios de
bachillerato, pero como con sus modestos sueldos ayudaba en casa, no podría seguir estudiando y se tendría que
poner a trabajar a jornada completa a muy temprana edad.
Por acuerdo mutuo -que no por solidaridad- Juan decidió
ayudarlo con una parte de su estipendio mensual para que Lluis pudiera acabar
el bachillerato.
Al cabo de seis años, Lluis gracias a su dedicación y bien
hacer, tuvo su premio y acabó con buena nota estos estudios. Entonces se
planteó la posibilidad de ingresar en la Universidad para hacer la carrera de
derecho, por lo que Juan y Lluis, nuevamente de común acuerdo -que no por
solidaridad- decidieron seguir con la
misma política de apoyo económico desinteresado.
Con gran alegría para ambos,
Lluis acabó sus estudios y le pidió a Juan un esfuerzo final para hacer
dos masters en los que invertiría unos 4
años más. Juan aceptó inmediatamente y de común acuerdo -que no por
solidaridad- prorrogaron el pacto financiero
nuevamente.
Lluis acabó los masters y se colocó a trabajar en un bufete
de abogados, pero el salario como principiante era muy bajo y nuevamente Lluis
le pidió una última prórroga a Juan, a
lo que éste aceptó de común acuerdo -que no por solidaridad-.
Lluis fue progresando en su labor y era premiado con
sucesivos aumentos de categoría y sueldo durante los siguientes 15 años, de
manera que sus ingresos llegaron a estar tan saneados que incluso superaban a
los de Juan.
Llegado a este punto Juan pidió cancelar la subvención que
había otorgado por mutuo acuerdo – que no por solidaridad- durante tantos años.
Lo que sucedió después es que inmediatamente fue tachado de
insolidario, avaro, antipático y mala persona,
que sólo pensaba en el dinero y no en el bien común, por lo que
Juan, toda su familia y amigos bloquearon
en sus teléfonos a Lluis familia y amigos.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Comentarios
Publicar un comentario